Las escuchas revelaron además el poder que tenía el ex presidente de la AFA: todas las decisiones sobre los partidos de fútbol pasaban por su oficina. En una primera llamada, Tinelli dejó en claro su postura. Promediaba agosto y Argentinos Juniors tenía que visitar el “Nuevo Gasómetro” por la fecha 3 del torneo Inicial. “No quiero que me dirija Ceballos, quiero al mejor: Delfino”, planteó sin vueltas. Grondona, fiel a su estilo, escuchó y prometió que iba a revisar la cuestión. Es más, le preguntó a quién quería.