Cuando Manuel Belgrano asumió como jefe del Ejército del Norte, mandó una expedición a Oruro para socorrer a los pueblos altoperuanos y evitar el sofocamiento de la Revolución en la región. Sin embargo, esta resultó derrotada y la población de Cochabamba quedó vulnerable ante el avance de las fuerzas realistas al mando del General Goyeneche.

El 27 de mayo de 1812, los feroces ataques de Goyeneche a Cochabamba estuvieron acompañados por saqueos y masacres. Ante esta situación, un grupo de valientes mujeres se levantaron en armas para defender sus hogares, sus hijos y sus esposos.

En la Coronilla (afuera de la ciudad) y durante tres horas, estas madres y esposas ofrecieron una digna resistencia. Pero a pesar de su arrojo y espíritu patriota, fueron masacradas. Al respecto, Vicente López y Planes plasmó en la “Marcha Patriótica” la brutalidad de Goyeneche: “y cual lloran bañadas en sangre/ Potosí, Cochabamba y La Paz”.

Cuando Belgrano recibió el informe de las “Heroínas de la Coronilla”, ordenó que todas las noches, mientras se pasaba lista de los efectivos del Ejército, el oficial a cargo de cada cuerpo preguntara: “¿Están presentes las mujeres de Cochabamba?” y que otro respondiera “Gloria a Dios, han muerto todas por la Patria en el campo del Honor”. Luego se concluiría con: “¡Gloria a las cochabambinas que se han demostrado con un entusiasmo tan digno de que pase a la memoria de las generaciones venideras!”. Ese reconocimiento militar fue la manera con la cual el “Creador de la Bandera” homenajeó su heroicidad y patriotismo. Además, brindó entidad a las mujeres en la causa revolucionaria.

Sin lugar a dudas, ellas demostraron con valentía que estaban dispuestas a dar la vida por la Patria. El amor de esas madres que defendieron lo suyo, quedó grabado en la historia como símbolo de la poderosa fuerza femenina.

Profesor Darío Andrés Núñez, integrante de la Asociación Belgraniana de Goya.