A media hora de haberse llegado a un acuerdo para que el Municipio de Goya continúe con el alquiler del teatro, Radio Power pudo dialogar con el encargado de llevar adelante las negociaciones entre los propietarios y los responsables de la Municipalidad. Con el objetivo de echar por tierra versiones alejadas de la realidad, algunas maliciosas, falacias, dichos en redes sociales, grupos de whatsapp, etc, el doctor Martín Olivetti quiso aclarar la situación y eligió este medio radial para hacerlo.

El cimbronazo que sintió la comunidad goyana ante el impacto de la noticia que implicaba el cierre del teatro Solari caló hondo, cultural y emocionalmente. Se utilizaron frases como “comenzaron a desmantelarlo” y se inició una mezcla de aquelarre y festival de fake news, dignos de un sainete criollo, ideal para representar en el propio escenario del querido teatro.
Para poder conversar y detallar la información de la que se carece y tanto se habló, Martín Olivetti explicó cuáles son los montos verdaderos que estuvieron y están en juego.
El contrato de locación terminó el 30 de noviembre de 2025 y el alquiler que se pagaba era de 1.400.000 pesos. Se sabe que hay muchos inmuebles confortables y espaciosos, rodeados de un jardín amplio, están cotizados en esa cifra. En este caso, más allá de ser un caso atípico porque se trata de un teatro y lo que eso implica, es apropiado contextualizar tanto la postura del propietario como la de un municipio que no gasta, invierte en cultura.

Aproximadamente hace 15 días comenzaron las negociaciones para renovación del contrato y el Estado ofreció 1.600.000 pesos, aún sabiendo que el monto mensual había quedado congelado y a valor de mercado, correspondía mucho más. Como parte propietaria le pareció injusto, no le resultó conveniente porque la idea original fue solicitar 6 millones, a pesar de ofrecer una quita del 33% para reducir ese importe. No prosperó y el gobierno de la ciudad arrimó un pequeño porcentaje más, llegando a 1.800.000 pesos. Si bien el trato entre ambas partes siempre fue cordial y educado, no se llegó a un acuerdo y se habló de cerrar el teatro por fin de contrato. Del lado del Estado trabajaron en la negociación, el Director de Suministros, Gonzalo Méndez Vidal y el Secretario de Turismo, Sebastián Candia Di Blasio; y del propietario, Martín, hijo mayor de Aníbal “Yeye” Olivetti.
Durante el fin de semana del 30 de noviembre se sacó el cartel, comenzaron los rumores de desmantelarlo, enorme golpe de efecto y demás. La comunidad montó en cólera, manifestando opiniones diversas, muchas de ellas falsas y hasta ridículas, pero siempre mostrando suma preocupación.
Inmediatamente, se convocó a un abrazo o aplauso para el 1 de diciembre a las 20,00.
Con el objetivo de que se le entregara la llave y se hiciera un inventario, llegó a Goya el Dr Martín Olivetti pero se retomaron las negociaciones y se acordó un alquiler de 4.000.000 de pesos abonados por seis meses, o sea que hasta junio será ese monto y luego se ajustará según el índice pactado en el contrato.
Con respecto a la venta y a la expropiación de este inmueble que está sujeto a Patrimonio Histórico, la explicación que dio Martín Olivetti es la siguiente: en un par de ocasiones, no muchas más, se habló de venta o del monto de expropiación posible. Cuando se fija un precio razonable para las dos partes, es tal la demora desde esa fecha y la concreción de la operación que queda absolutamente desactualizada. La intención del sr. Aníbal “Yeye” Olivetti y su familia (Propietarios) es vender el teatro, pero por un precio lógico. No pareciera razonable que se pacte un monto y uno o dos años después se pretenda -en un país inflacionario como es Argentina- conformar sin más a la parte vendedora.
En síntesis, sí estarían dispuestos a vender o a que se expropie, pero no con tasaciones que quedan obsoletas por el paso del tiempo.
Con mucha emocionalidad, Martín Olivetti recuerda que su padre explotaba como cine el Solari. La merma de venta de entradas y el fin de un ciclo mundial de los cines, hizo que debiera construir locales comerciales para poder tener un ingreso económico. En aquella época no estaba aún declarado Patrimonio Histórico. Una anécdota que ilustra aquel 1993: la última película que se exhibió fue Jurassic Park. Fue un suceso mundial pero solamente 11 personas fueron a verla en Goya. De los cuales dos eran invitados.
Ya el Teatro Municipal Solari es parte esencial del paisaje cultural de la ciudad. En representación de la familia Olivetti, Martín dio la cara con suma educación y franqueza para que se conozcan los montos y cómo fueron las negociaciones.
Explicación fidedigna del doctor Martín Olivetti
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