Con entrega inigualable, estos profesionales de la comunicación brindaron su mejor predisposición para difundir cada momento, cada emoción y cada logro de esta fiesta tan especial. Su incansable labor no conoció límites ni horarios, demostrando un compromiso absoluto con su misión.

En este evento único, la figura de Alejandro Medina en la radio llevando adelante el legado de otro grande, Antonio R. Espinosa, quien hoy nos observa desde otro plano, honra y perpetúa una tradición arraigada en el respeto y la dedicación a los pescadores y a esta festividad que nos une.

El equipo de comunicación y prensa de la municipalidad de Goya, en una sinergia encomiable y con sacrificio incalculable, se convirtió en el nexo vital entre la información y el público ávido por conocer cada detalle de esta fiesta que nos enorgullece.

A través de largas jornadas sin descanso, llevaron consigo la responsabilidad de difundir la esencia misma de la Fiesta Nacional del Surubí, brindando a todos los pescadores y asistentes la información necesaria para vivir esta experiencia al máximo.

Su labor incansable ha sido el faro que guió a todos hacia el disfrute pleno de esta celebración única. Con gratitud infinita, honramos su dedicación y entrega incondicional. ¡Gracias por ser el alma y voz de esta fiesta inolvidable!

Si señores, la magia del momento se vio envuelta en un escenario conmovedor, donde las lágrimas se entrelazaron con las gotas de lluvia en un regocijo festivo único. El emblemático escenario Juan Merello testigo de innumerables historias y emociones, se erigió majestuoso ante la algarabía y el fervor de los presentes.

La grandeza de las embarcaciones, las cuales conforman la competencia de pesca más grande del mundo, se alzó imponente sobre las aguas del riacho Goya, en un espectáculo que desbordaba emoción y camaradería. En medio de este escenario grandioso, algunas gotas de lluvia se convirtieron en cómplice de un momento especial, fundiéndose con las lágrimas de alegría y emoción que brotaban de aquellos que presenciaban tan magnífico acontecimiento.
Es que, si es nuestra fiesta que la llevamos en el alma y en este contexto mágico, la 47ª Fiesta Nacional del Surubí reveló su esencia más pura: un encuentro donde la pasión por la pesca y el respeto por la naturaleza se fusionaron para crear un vínculo indeleble entre los participantes y el entorno que los acogía.

La 47ª Fiesta Nacional del Surubí demostró una vez más que, incluso bajo la lluvia, la belleza y la emoción pueden florecer con una intensidad indescriptible. Este evento trascendió lo meramente festivo para convertirse en un canto a la vida misma, a la pasión compartida y al espíritu indomable de aquellos que lo hacen posible.

Daniel Díaz