No ya por la importantísima tarea que realiza sino por las condiciones singulares que presenta. Es una Institución privada, gratuito, sin fin de lucro, sin aportantes del Gobierno ni empresariales, su funcionamiento depende exclusivamente del incansable trabajo de las voluntarias y se sustenta económicamente en padrinazgo, aportantes solidarios y los consabidos bonos contribución. Como es dable observar, este instrumento sanitario es atípico del comienzo al fin.

Haciendo un ejercicio de memoria y a modo de un modesto balance empezaremos por el principio. Hace un poco más de seis años le manifesté a una amiga (Mariela Aguirre Madariaga) la íntima necesidad de hacer algo por las mascotas que se encuentran en situación de calle. Es un tema que desde siempre impactaba negativamente en mis sentimientos animalistas y dada mi natural obsesión por hacer mejor que decir, me y le propuse encarar acciones concretas. También le hice saber que me había anoticiado de la donación que realizara el Gobierno Nacional a la Ciudad de Corrientes de un moderno Quirófano Móvil. Con sana envidia debo admitir que en ese evento falto solo que tiraran la clásica botella de champagne para inaugurarlo. Y allí mismo surgió esta idea quizás un tanto alocada de poner en marcha los sueños sin más dilaciones. El asunto que taladraba mi cabeza era el QUE, COMO y CUANDO. Ya que debo admitir que el tema mecánica y motorización es algo totalmente ajeno a mi conocimiento. Entonces se me ocurrió buscar auxilio y aprovecharme –porque no- de la cálida amistad que me une a los propietarios de la empresa Falmetal (hermanos Falcone Daniel y Chiqui) sumado al personal de la empresa que puso toda su empatía y sin dudarlo se pusieron al servicio de la construcción de la casilla. A pasado mucha agua bajo el puente, pero asimismo muchísimas alegrías y satisfacciones.

Parafraseando a una conocida canción podemos decir que lo hicimos “todo a pulmón”. Esta pequeña frase simplifica todo este trabajo fecundo y realización de un poco más de cuatro mil castraciones y los habituales tratamientos de quimioterapia en veterinaria. Para lo último y desde luego con certeza de lo más importante, debo hacer mención a la incansable tarea del Dr. Veterinario Ernesto Conti, su gentil colaborador Walter y de las chicas voluntarias coordinadas por Mariela. Sin esta suprema acción nada hubiera sido posible.

Muchísimas gracias a todos por el compromiso y además por permitirme ser parte de esta invalorable obra.


Miguel Horacio Galarza
Ciudad de Goya