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¿A dónde fue a parar el primer mundo?

Escribe doctor Ariel Esmay - En estos días vimos con asombro como en EEUU una muchedumbre entraba por la fuerza y casi sin resistencia tomaba el Capitolio símbolo de la democracia norteamericana. Una democracia que ellos mismos se encargaron de exportar hacia el resto del mundo como ejemplar. Sin embargo, tiene muchas aristas cuestionables. El sistema electoral mismo es cuestionado por muchos intelectuales como anacrónico, basado en colegios electorales, el voto no es obligatorio y se votan en días laborales. Campañas electorales millonarias que permiten elegir un candidato, también millonario, de un sistema bipartidista.

La filósofa y feminista estadounidense Nancy Fraser en un libro llamado “Contrahegemonia Ya” (a mi criterio muy recomendable) publicado en 2017 poco después de ser electo presidente Donald Trump, plantea que en EEUU el sistema democrático ofrece una opción neoliberal progresista (aunque esto sonara un oxímoron) con los demócratas y una opción neoliberal reaccionaria con los republicanos. Personificado y concentrado esto último en un Donald Trump que agitaba a su base electoral, blanca no migrante y heterosexual, a desconocer la derrota electoral minutos antes de las manifestaciones violentas transmitidas en vivo a todo el planeta. Los que tantas veces dieron catedra a las democracias del sur, veían reprobar su propio examen. Dice Fraser, sea cual fuere el partido que gobierne en EEUU siempre será dentro de las lógicas del capitalismo neoliberal. Un sistema que no deja de concentrar la riqueza, aumentar la pobreza y volcar cada vez más personas a la marginalidad.

Durante la pandemia del Covid 19 EEUU tuvo números epidemiológicos desastrosos con una alta tasa de contagiosidad y mortalidad. Estos últimos días llegaron a contabilizarse el escalofriante numero de 4000 muertes en un día. Concomitantemente en materia económica aumentaba la pobreza, el número de personas que solicitan seguro de desempleo y el 1% más rico del país aumentaba exponencialmente sus riquezas.

En el texto comentado, se plantea que Joe Biden es un demócrata conservador y no representa ningún cambio de paradigma. Y es ahí en donde aparecen desencantados, entre explotados y oprimidos, los que están a ambos lados de la grieta política y social estadounidense. Plantea la intelectual mencionada, que nadie sabe en la noche del neoliberalismo hacia donde se dirige, y es por eso que demanda crear una contrahegemonia ya. Porque “entre lo viejo que está muriendo y lo nuevo por venir, puede nacer un monstruo”. Si recordamos las imágenes de personas ingresando al capitolio vestidas con pieles, cuernos y portando la bandera del ejercito confederado, lo del monstruo por nacer ya no suena tan figurado.

Esta nota tiene la humilde finalidad de ofrecer al lector un análisis alternativo al que encontrara circulando por la mayoría de los medios hegemónicos bajo títulos como “El fracaso del gobierno populista de Donald Trump”.

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