Pequeños comercios y prestadores de servicio siguen cobrando extras de alrededor de 10 por ciento por cada operación. Se trata de una metodología que puede acarrear sanciones a quienes la apliquen.

Locales gastronómicos, tiendas de indumentaria, showrooms e inclusive algunos remises, que recientemente empezaron a implementar posnets portátiles, son los que con mayor frecuencia aplican, a veces sin previo aviso, extras de aproximadamente un 10 por ciento a la cuenta de los clientes que abonan con débito.
El mencionado porcentaje no es caprichoso, sino que representa la porción de cada operación que el vendedor o prestador debe ceder para el pago de costos e impuestos referidos a la facturación. Es decir que la avivada tiene como objetivo recuperar de los clientes el dinero que recauda el Estado y las empresas financieras, un monto que legalmente es responsabilidad del que emite la factura.
Además, la práctica apunta desalentar el uso de los plásticos, ya que las compras abonadas de esa manera son registradas por el fisco y deben pagar impuestos, como el IVA; en cambio el pago en efectivo facilita la facturación en negro.
En este contexto, EL LIBERTADOR dialogó con el presidente de la Asociación de Usuarios y Consumidores, Nelson Veas Oyarzo, que destacó que la aplicación de extras a las operaciones con débito es "una estafa hacia los clientes".
Posteriormente, añadió: "Para eso están los organismos como el nuestro, donde se hace la denuncia correspondiente y pedimos a las secretarías de Comercio local o nacional las sanciones que correspondan".
Para finalizar, destacó: "Hemos logrado resultados con denuncias de ese tipo".